“Una persona con 47 años de edad para este sistema laboral es viejo”
Nos contaba Horacio, un ciudadano de San Luis, casado con cuatro hijos y desocupado, que a pesar de esta situación, “le pone el pecho a las balas” (como se dice en criollo). Aferrado a la fe, a su familia y a la esperanza, Horacio se levanta todos los días a las cinco de la mañana, se encomienda a Dios, y comienza sus actividades.
Con el constante apoyo de su esposa y de sus hijos (que lo bancan en todas), Horacio se gana la vida, vendiendo pan, empanadas, y haciendo alguna que otra changa de vez en cuando, ¡y hasta se da tiempo para estudiar una carrera universitaria! Esto nos demuestra el coraje de este “hombre de hierro”, al que para este sistema se le han cerrado todas las puertas, y es el mercado quien se encarga de excluir y discriminar a aquellas personas que no cumplen con ciertos requisitos. Y lo más lamentable de esto, es que Horacio, cuenta con el titulo de técnico mecánico, es una persona capacitada, que de cierto modo tiene más oportunidades en el mercado laboral, que otras que no han tenido las mismas posibilidades. Sin embargo para este sistema, tener un estudio no significa nada, “si no tenes menos de 40 años no existís”, esta es la triste realidad que nos toca vivir en Argentina, en la que se “habla de un país para todos y todas”, “de mayor inclusión social”, la verdad que todo esto es una falacia, nunca se ha hecho nada por tratar los problemas de fondo, simplemente se ha emparchado la realidad, con dadivas del estado a cambio de un voto, mientras no se dé un profundo cambio, tanto a nivel económico como social, vamos a seguir teniendo pobres y desocupados.
Con una voz esperanzadora, Horacio alentó a todas las personas que pasan por esta misma situación a que:” No pierdan la fe, que no pierdan la esperanza, el único que puede cambiar esta situación es Dios”.
Micael Merlo
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